Buenooo... bueno y por fin llegó el momento de escribirles sobre el tema más preguntado en mis redes en los últimos días, espero que lo lean con mucha responsabilidad y que si les llama la atención busquen a un especialista que los lleve por este maravilloso camino de auto-descubrimiento. Éste artículo será apenas la primera parte, ya que me gustaría contarles mi experiencia completa al implementar dos dietas de eliminación ambas con objetivos completamente diferentes.
Por supuesto debe haber una historia antes de llegar aquí, aproximadamente en octubre del 2019 comencé a levantarme con fuertes dolores de cabeza (algo que para nada es habitual en mí) que desaparecían por completo o disminuían su intensidad al realizar deporte. Además me sentía muy cansada, somnolienta, aperezada y a veces triste e irritable (sin motivos para estarlo), así que decidí emprender la búsqueda del porque sentía todo esto, pues si nunca antes lo había sentido seguro mi cuerpo estaba manifestando algo; ningún malestar, dolencia, síntoma o condición en nuestro cuerpo es "normal", a menos que estemos diagnosticados, deberíamos dejar de normalizar un dolor de cabeza, una gastritis, un colón inflamado, un dolor de articulaciones y tantas otras cosas con las que nos hemos acostumbrado a vivir. Nuestro cuerpo es un sistema que funciona perfectamente incluso a veces haciendo esfuerzos enormes con los recursos que le damos a través de la alimentación, del movimiento y de las practicas espirituales.
Volviendo al tema, visité diferentes especialistas e hicimos varias y todos los resultados eran "normales", nada extraño ni nada nuevo, así que decidí visitar a la Dra. Pilar Restrepo, mi médica funcional y a la que antes había visitado con intereses más educativos que de salud, yo ya conocía sobre la existencia de este tipo de dietas y sabía que ella podría ser mi guía para llevarla acabo de una manera segura y responsable.
¿Por qué una dieta eliminación?
Algunos síntomas o condiciones que no han tenido buena respuesta a tratamientos convencionales pueden mejorar drásticamente después de seguir una dieta de eliminación. Entre estas condiciones se encuentran los problemas digestivos, cefaleas, sinusitis crónica, fatiga, depresión, cambios de ánimo, problemas de piel y alergias, dolores articulares, asma, aumento de peso, etc. No imaginamos la gran conexión que existe entre lo que comemos y nuestros síntomas hasta que removemos un alimento. Es por ello que la dieta de eliminación suspende la ingesta de alimentos que más comúnmente pueden inducir este tipo de síntomas y lo hace durante 21 días como mínimo con el fin de eliminar ciertos anticuerpos que se producen en el organismo como respuesta inflamatoria a estímulos nocivos de alimentos o aditivos (llamado sensibilidad alimentaria, no alergia) para ser reintroducidos uno a la vez cada tres a cuatro días y así poder identificar qué alimentos podrían estar ocasionando o perpetuando los síntomas tanto físicos como emocionales o mentales.
Después de 21 días al iniciar la reintroducción se debe tener en cuenta los siguientes parámetros para evaluar la sensibilidad a los alimentos: sueño, dolor articular y muscular, síntomas gastrointestinales, dolor de cabeza, erupciones en piel, nivel de energía, congestión nasal, síntomas urinarios. Éstos alimentos que provocan síntomas deben ser eliminados de tres a seis meses más para reintroducirlos, tiempo en el cual se le ha dado el tiempo suficiente al intestino de restablecer su permeabilidad selectiva. La eliminación debe ser estricta, si se decide comer algo que no esté dentro de lo permitido ser vuelve al día 0, porque el cuerpo recibió nuevamente el alimento al que estaba sensibilizado y el tiempo mínimo para desensibilizarse es de 21 días. (Texto tomado de la lista de indicaciones de la Dra. Pilar).
¿Y cuáles son esos alimentos no permitidos? Hay unos comunes para todos sin embargo como en la gran mayoría de temas nutricionales y de salud es algo totalmente INDIVIDUAL, y lo escribo en mayúsculas para que entiendas que no porque yo te mencione unos alimentos aquí, significa que eso son los que tu debas eliminar.
Los alimentos eliminados en mi dieta fueron: frutas, huevos, lácteos y sus derivados (yogurt, helado, mantequilla, etc), trigo y sus derivados (pastelería, panadería, tortillas, etc), cebada, centeno, carne de res y cerdo, carnes frías y embutidos, mariscos, granos y leguminosas, avena, papa, soya y sus derivados (tofu, leche, yogurt, etc), maní y sus derivados, salsas y aceites procesados, condimentos preparados, alcohol, café, chocolate, gaseosas, azúcar (blanca o morena, panela, miel, miel de arce, jarabes), maíz, nueces y semillas.
¿Muchos? Aparentemente sí pero realmente no, la verdad hay unos que nunca consumo y otros que si eran o son más habituales, nunca lo vi como un sacrificio sino como la oportunidad de conocer la respuesta de mi cuerpo a todo este proceso y luego a los alimentos que iría introduciendo. ¿Muchos? Muchos son los alimentos nuevos, variados, coloridos y llenos de nutrientes que hay por descubrir.
Continuará... les contaré mi experiencia en otro artículo para no hacer este muy largo.
Si quieres comenzar este proceso debes saber que cada especialista tiene sus propios métodos, mis médicos recomendados son:
Pilar Restrepo - Medicina Funcional
Felipe Bolivar - Medicina Funcional
Adriana Carmona - Terapia Alternativa Bioenergética
Con amor,
Lala
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